domingo, 17 de mayo de 2009

Laura Guignard Luz: lámina, referentes y explicación del anteproyecto

Referentes



Lámina


Objeto : cuchara.
Función: mezclar

Concepto: De la función del objeto a la acción del signo.

Material: Vídeo-proyección sobre soporte arquitectónico (registro)

El loop protagonizado por una cuchara y por un espacio blanco sin otras coordenadas que los límites de aquel plano fijo en el cual se mueve es un vídeo que me propongo proyectar sobre un espacio concreto de la ciudad, todavía sin determinar

La cuchara, cuya función objetiva es la de mezclar líquidos actuaría aquí como signo de un cuadro compuesto por el escenario urbano, sus perspectivas y su movimiento, sus construcciones y sus ruinas.

Metáfora sobre el tiempo, el espacio, la materia y el vacío, la cuchara se vería a su vez politizada por el soporte en la cual será proyectada. En un primer momento, pensé en soportes más bien emblemáticos (Torre Titanium, Río Mapocho…), pero finalmente y por restricciones materiales que hacen físicamente imposible la proyección ideada, decidi indagar otros espacios que por su propia plasticidad y organización espacial trasmiten la idea que quiero materializar.

Partiendo del registro icónico al cual pertenece la cuchara (todo lo relacionado con los alimentos, y más con los líquidos) este objeto habla del tema de la crisis de la cual es una metáfora, y de la segmentación y fragmentación de las esferas en el cuenco ciudad. Proyectarla en él es también querer mezclarlos con el fin de significar aquella sectarización en el seno de un espacio saturado, fluído y espeso a la vez.

En cuanto al vídeo en sí, mi investigación plástica se basa en una muy antigua concepción china de la pintura, donde es el vacío mismo él que se realiza en el lienzo, entre los elementos, y en el trazo mismo, donde se restituye el soplo vital que anima el universo. Ahora bien, esta concepción organicista del espacio que organiza estructuralmente la pintura es a su vez la que nos permite, al hablar del vacío como funcionalmente inacabado y como perpetuo devenir, de la noción de tiempo en la pintura. Efectivamente, según este planteamiento, el chou-liu, la circulación universal entre todos los seres, es perpetuo y experimenta a su vez incesantes transformaciones internas, en una especie de cosmogénesis perpetua. Es este vacío interminable que materializa la cuchara al moverse y crear un espacio nuevo con cada movimiento de su cuerpo de inox, donde la luz se refleja en colores y formas provenientes de esta realidad ya inasequible que fue el momento de la filmación.

En fín, son ideas que confluyen en aquella cuchara, y antes de aclararlas en el ensayo, ya que una imagen dice más que mil palabras todavía queda por resolver la cuestión del soporte de la proyección, que sin duda será lo más decisivo para transmitir la experiencia visual que quiero preparar. A eso ira dedicada la próxima semana…

Un saludo

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