martes, 2 de junio de 2009

Objeto, cédula y ensayo.






Juan Pablo Mejías

“Dagongmei”. 2009

Instalación de guaguas de plásticos mas luces en serie.

45 x 30 x 20 cm.



Hoy en día en nuestro mercado nacional pasar por tiendas Chinas de juguetes, souvenirs, y una gran cantidad de productos, que en la forma en que están dispuestos y su variada funcionalidad te das cuentas que es una tienda de exportación china y que ahí los precios altos y lo único no existe en cuanto al producto, este es repetido una infinidad de veces para ser comercializado, en el momento no te explicas el por qué tan bajo su precio y es claro, no alcanzas a llegar a casa y el producto puede presentar algunos inconvenientes. Productos en que muchas veces no logran ser vendidos ni pasar las fronteras del País por no cumplir con temas de seguridad y es que hasta un niño puede morir por una asfixia de un botón del muñeco, o quizás el petróleo excesivo en las muñecas produzca algún tipo de cáncer a las chicas. Pero la pregunta es ¿En qué diablos estarán pensando estos Chinos en realizar este tipo de productos? Es cierto, piensan en solo producir, competir y vender para obtener ganancias y seguir con la característica imperialista, pero hasta que punto son esas ganancias y reconocimientos favorables para los mismos productores activos de los artefactos.

En una industria de China niños entre 8 y 16 años llamados también “dagongmei” fabrican juguetes en condiciones de esclavitud, son los que regala, entre otros, Mc Donald´s en sus promociones. Trabajan entre 14 y 18 horas tienen 15 minutos para comer y cuatro horas para dormir en espacios situados en las mismas fábricas. Al anochecer, los niños son registrados para comprobar que no han robado nada. Con sus puertas de metal espacios no más de 50 cms de separación por persona, estos talleres parecen una formación de cuartel militar. Así es como los chinos son competitivos utilizando a los niños para realizar sus productos, pagándoles no más de 50 US$ al mes algo así como $30.000, es una realidad que de a poco se ha ido investigando y conociendo mediante documentales, y reportajes. ¿Pero que se hace?

Finalmente la reacción producida al leer “made in china” en un producto una vez ya sabido de donde y como son las condiciones en que son creados, es si llevarlo o no. Sabiendo que dejarlo de lado y no seguir comprando a este mercado lleno de esclavitud dando un pequeño castigo, digo pequeño porque soy uno frente a todo el mundo que sigue comprándolos, o la postura de comprar solo porque todas las horas de trabajo que pasan estos niños para que no sean vendidos estos juguetes y sean aun mas las injusticias por no vender hacia ellos. Es difícil estar en esta situación en donde si haces o dejas de hacer ciertas compras el mundo sigue igual y la explotación infantil aumenta por la sobre población y este excesivo consumo por parte de la sociedad mundial.

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